Amor mío, nos han cancelado el programa. Dijeron que estamos pasados de moda. Que el público ya está aburrido de amores idílicos y pornografía casera. No somos ni tú ni yo, dice el informe del Rating. Pero parece ser que ni mi barriga ni tu celulitis --mucho menos, mi neurosis y tu indolencia--, encarnan la imagen de la juventud que la productora quisiera proyectar. Resulta también que nos sobreactuamos. Ya nadie se cree eso de una pareja fornicando todo el día, o eso me dijeron. Que no todo está perdido, eso también me dijeron. Buscarán la manera —tengo su palabra— de darnos un espacio en la temporada de repeticiones. No, no será en horario triple A. Te juro que no dejaré de quererte, aunque las encuestas me señalen como un ridículo. Voy a estar contigo para siempre. Si no resulta esto de los seriales, probaremos en un programa de variedades. No llores, no te pongas así. Ya verás, al final reconocerán nuestro talento. El retro nunca pasa de moda. En treinta años, seremos estrellas.
Ya sé que es trampa publicar cosas tan viejas, pero de verdad me da pena tener el blog tan vacío.