sábado, 24 de abril de 2010

La sección (agri)cultural.

Esta vez les pongo un fragmento de un tango prodigioso, "Alma en pena". Recomiendo ampliamente oirlo en http://www.youtube.com/watch?v=FzFLLVvBdgc.

Alma... que en pena vas errando,
acércate a su puerta
suplícale llorando:
Oye... perdona si te pido
mendrugos del olvido
que alegre te hace ser...

¡Tú me enseñaste a querer y he sabido!
Y haberlo aprendido
de amores me mata...
Y yo que voy aprendiendo hasta a odiarte,
tan sólo a olvidarte
no puedo aprender.

La tira de la semana.

En estos momentos me siento enamorado y vulnerable, así que no pude evitar poner al Caballo Negro, que será recordado por nuestros viejos lectores. http://caballonegro.cn/

The dreamers.

Eres pequeña, hermosa y absurda. Eres deliciosamente frágil y temes al ridículo casi tanto como yo. ¿Será que eres tímida o tú también tendrás un ego tan hipertrófico que no resiste la más mínima tensión? Sólo por no darte el gusto de mandarme al carajo, nunca te dije que me gustabas. ¿Dije "gustar"? En realidad, debería decir que estaba obsesionado contigo. Si te sirve de desconsuelo, la obsesividad es el principal rasgo de lo que, con cierta indulgencia, podría llamarse mi "carácter". Henos aquí, con tus brazos tan delgados que casi hacen fracasar nuestro amor. Menos mal que un hombre como yo siempre tiene un Plan B.Tuve que aprender a hacer nudos en esas exquisitas muñecas de las que las esposas simplemente resbalaban. Tienes el cinismo de preguntar por qué, como si no supieras que nunca me habrías dicho que sí por las buenas. Tranquila. En unos años te estarás riendo de todo esto.

lunes, 5 de abril de 2010

Buena disposición.

Entro a la cocina, esperanzado de encontrar alguna sobra. Estoy dispuesto a exprimir hasta la última gota de lo que quede, pero parece que ayer estuve igual de dispuesto. Sacudo la cabeza y voy a calzarme, pues habrá que salir, Me pongo los huaraches, resignado a caminar con lo que quede de suela. ¿Dónde perdí los tenis? Bajo las escaleras y saludo a la casera, quitándole 40 años con la mirada. Ni así. Arrastrándome, llego a la vinatería y compro un Passport, dispuesto a abrir la garganta y hacer como si fuera un Johnnie. Regreso satisfecho y logro el milagro de la transmutación de los Pedregales: Santo Domingo se torna San Ángel. Eso no es una verdulería, sino un Starbucks; esto que casi me atropella no es chevy tuneado, sino Jaguar. Llego a casa y la mugre sigue siendo mugre, pero estoy dispuesto a pasarla por alto. Al quinto vaso ya estoy incluso dispuesto a buscarte en todos los ojos, a amarte en todos los cuerpos, pellizcar tu culo en todos los culos. ¿Por qué no, si hace meses que en cada mujer encuentro reliquias tuyas? Apuro unos cuantos vasos más y me voy a fingir que doy clase. Ojalá los muchachos estén tan dispuestos como yo.