Eres pequeña, hermosa y absurda. Eres deliciosamente frágil y temes al ridículo casi tanto como yo. ¿Será que eres tímida o tú también tendrás un ego tan hipertrófico que no resiste la más mínima tensión? Sólo por no darte el gusto de mandarme al carajo, nunca te dije que me gustabas. ¿Dije "gustar"? En realidad, debería decir que estaba obsesionado contigo. Si te sirve de desconsuelo, la obsesividad es el principal rasgo de lo que, con cierta indulgencia, podría llamarse mi "carácter". Henos aquí, con tus brazos tan delgados que casi hacen fracasar nuestro amor. Menos mal que un hombre como yo siempre tiene un Plan B.Tuve que aprender a hacer nudos en esas exquisitas muñecas de las que las esposas simplemente resbalaban. Tienes el cinismo de preguntar por qué, como si no supieras que nunca me habrías dicho que sí por las buenas. Tranquila. En unos años te estarás riendo de todo esto.
sábado, 24 de abril de 2010
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