sábado, 29 de agosto de 2009

Instrucciones para olvidar. (perdón, J.C.)

Hay una chica que tiene la facultad extraordinaria de decirme, sin querer, las cosas más hermosas que me haya dicho mujer alguna en mi vida. O si quieren que lo diga menos cursi, me dice a veces esas cosas que todo hombre quiere oir de labios de una mujer hermosa. Igual quedó cursi... Bueno, justo ayer me dijo una de esas frases.
Luego me quedé solo y como estaba borracho, lógicamente, empecé a pensar en argentino. A reserva de realizar en otro momento una digresión más lograda a partir de su frase, les ofrezco esto.

-Si salís del subte en Pueyrredón, largá siempre por Alvear y caminá derechito a la facultad. No tomés nunca Santa Fe, pues podrías acabar en mi casa.

-Quemá los brassieres que te regalé.

-No dejés nunca que una vaga insinuación de rozar mis labios te aparte de tus clases de francés, de tu cita en la gelatería, de una final Boca-River.

-Recordá que las milongas no siempre hablan de nuestro cuartito azul.

-Dejá de escribir en porteño por pura nostalgia del Río...

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