— Querido Logos, dejemos por un momento de trazar figuras en la arena y tengamos una distracción.
— ¿Qué clase de distracción, Sogol?
— Yo le propongo que salgamos de cacería.
— ¡De cacería! Vaya disparate, Sogol. si hace rato que la temporada de patos ha cerrado.
— ¿Patos? Oh, no, Logos. El pato es un ser más bien anodino.
— Y entonces, ¿qué propone usted que cacemos? ¿argelinos, quizá?
— ¡No, por Dios! Seres aún más anodinos. No, mi querido Logos. Yo le propongo que salgamos a cazar objetos unarios.
Aplicados a su tarea, Logos y Sogol casi exterminan a la raza humana, con la excepción de los argelinos y los mineros del carbón.*
*Para una mayor comprensión de este debraye mío, los remito al excelente librito Locura y democracia que, aunque lo escribió un francés, es un texto bastante disfrutable. Nociones básicas de psico-anal-isis requeridas.
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